A un escalón del 4to piso
Acompañado absurdamente
Del deseo que a aquel dios le pedí
Con un fragmento incrustado y a la vez lejos
De mi corazón arrítmico y des-afectivo
Amurallado, muchas veces colérico
Como un castillo de naipes
Que se ha derrumbado,
Como el pico de un fénix
En el que me he sostenido
Llego a este estado meditando
Entre los brazos de la duda
Y las sonrisas de mis tres duendes alados,
Y es mejor mirarme en ellos
Como me miro al espejo
Con medias alegrías y medios quebrantos
Porque la vida tiene medias emociones y medios vacíos
A los que ya me he acostumbrado
Porque el espejo me dice que mire lo que me niego a reconocer
Que me quede, que respire porque hay paz entre la desesperación y el insomnio
Que deje de buscar en esos lugares donde no deje nada para dar
Y solamente respire que afuera hay mundo que no nos dejara nunca en paz
Y me quede en el refugio lejos de extraños bailes de sombras y de nieblas.
©️H. López G.