Era cierto todo lo que decía
fue incierto todo aquella vez,
más triste su abandono y su partida
con un puñal contando cada herida.
Era cierto que mentía,
fue horrible la desesperanza
mientras cargo en mi espalda las cruces
yo dormía queriéndola, olvidándola.
Era cierto que tanto la quería
causándome resentimientos, trastornos,
fue mi sufrimiento mientras la sentía
mientras dormía
su amargura también fui.
Cual vendavales de nostalgia
la tortura eterna, escondida
el síndrome de la desesperanza
humedecimos de esta tristeza convenida.
©️H. LÓPEZ G.
Extraído del libro “El fin de este lugar”
Pág. 38
Actualizado 19/07/2020